En esta siniestra noche os puedo decir que hoy no ha sido un buen día...
En realidad ha sido como cualquier otro día, como un día cualquiera. Eso no significa que sea malo, pero tampoco significa que sea algo bueno.. Es algo bueno: estable, cómodo y estándar. También es algo malo: repetitivo, tedioso e insignificante.
Un día así solo podía ser considerado como una pérdida de tiempo, una pérdida de dinero, una pérdida de vida. Tampoco lo considero así. Hoy he tenido tiempo para pensar.
He perdido el tiempo pensando en el amor y en el desamor, en el futuro y en el pasado, en el afecto y en el odio, en lo cálido y en lo frío, en la riqueza y en la pobreza, en el día y en la noche, en leer y en escribir, en utilizar y en ser utilizado, en subir y en bajar, en reír y en llorar...
Escuchaba todo este murmullo ruidoso en mi cabeza entre la silenciosa noche que rodeaba mi cuerpo.
También pensé en lo mucho que me gusta ir a contracorriente, llevar la contraria, ser siempre la otra cara de la moneda, representar la rebeldía ante la norma, crear conflictos. Bien podéis estar pensando ahora mismo muy mal de mi, o quizás simplemente que estoy loco. Déjenme explicarme. Tampoco es que desprecie el acuerdo, la cooperación, el coro, el mantenimiento del orden frente al caos, la paz. Creo que lo único que he podido confirmar es la duda que mantengo entre ambas caras, sin caer en ninguna de las dos.
Llegados a estas alturas de la noche ya no tenía muy claro, entre tanta oscuridad, si estaba soñando despierto o murmullando dormido. Tampoco me importaba demasiado. Realmente me estaba dejando llevar por mi imaginación y llevando mis sueños a lo más profundo del absurdo. Nada de lo que resonaba en mi cabeza tenía un claro sentido, pero todo se encontraba en equilibrio.
Comencé a soñar despierto sin finalidad alguna, pero con todo lujo de detalles. La última visión que recuerdo es la de una moneda girando, indecisa entre cual de sus caras mostrar. La primera imagen que he preferido olvidar es la de una moneda, ocultando una de sus caras...
En este brillante día no puedo callar mis oscuros sueños de anoche.
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