lunes, 29 de mayo de 2017

El análisis de la insconstancia

''El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia.'' -Doris Lessing.

Perseverance de Thomas Kinkade.

La constancia nunca ha sido uno de mis puntos fuertes. Siempre he sido demasiado vago, impaciente, indisciplinado, perezoso, inepto, estúpido o cualquier combinación de lo anterior como para seguir un hábito que conlleve cierto esfuerzo o trabajo.

Ser vago no es algo que me parezca tan malo. Me ha enseñado a sacar el máximo resultado con el mínimo esfuerzo posible, tomando como referencia el resultado. ¿Cuál es el problema? Muchas veces lo acabo aplicando a la inversa, buscando el máximo resultado con el mínimo esfuerzo posible, tomando como referencia el esfuerzo invertido.

La impaciencia no puede ser tratada de forma positiva, no lo es. Soy demasiado exigente con los resultados cuando debería serlo conmigo mismo pero siempre es más fácil echarle la culpa a otro, a esos resultados que no llegan.

La indisciplina es otra historia. Nunca he sido muy partidario ni de seguir unas regla, ni de mantener un orden y mucho menos de perpetuar una subordinación permanente. Ni si quiera cuando soy yo el que ha escrito esas reglas, soy ese orden y me subordino a mi mismo. Llamadme rebelde, insurgente o indisciplinado si queréis, porque acertaréis.

La pereza es uno de los siete pecados capitales. Es todo lo contrario al esfuerzo, al trabajo y a la dedicación. Sin la pereza, los grandes esfuerzos y los duros trabajos probablemente no valdrían nada. Quizás deberíamos pensar en que su existencia no es tan nefasta como parece y sufrir de ella nos puede llevar a tomar merecidos descansos o inútiles eternidades.

La ineptitud es la falta de capacidad para desempeñar una tarea. Ocurre algo similar a lo relatado unas líneas más arriba. Sin la cantidad de ineptos y mediocres que existimos en el mundo, los expertos y habilidosos no destacarían, no serían nada especial. Aún así, la ineptitud es algo peor, ya que no nos aporta nada positivo a quienes la tenemos.

La estupidez es la falta de inteligencia, habilidad o capacidad. Otra falta, otra ausencia, otra carencia. Creo que este era el último factor de mi inconstancia que faltaba por describir.

Haciendo honor a esta inconstancia de la que presumo, dejaré la escritura por hoy para continuar hablando sobre la constancia, o sobre la falta de ella, en otro momento. No sin antes cerrar la entrada con unos versos.

Tengo algunos puntos fuertes,
muchos otros puntos flacos.
Aún así, constantemente
suelen relucir los malos.

La falta de brillantez,
la falta de habilidad,
el exceso de cutrez,
el exceso de frialdad.

Soy consciente de que no
son tan fuertes, ni tan flacos.
En realidad no lo son.
Sólo están polarizados.

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