Desde el punto de vista
de un domingo cualquiera
el lunes es una arista.
La base, donde descanso,
es el fin de la semana.
Procuro aprovecharlo.
Para pasar por las caras,
cada uno de los días,
hasta llegar a acabarla.
Y vuelta al poliedro siguiente,
con caras demasiadas veces vistas
y siempre con la base en nuestra mente.
Vamos, poliedro tras poliedro,
repitiendo una misma rutina
hasta acabar sin ningún repuesto.
¿Por qué no dejamos el poliedro
y avanzamos sin forma definida
para acabar con este vil tormento?
KB69
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