viernes, 9 de diciembre de 2016

El navío soy yo

Max Ehrmann 

Todos somos barcos

"Cargados con experiencia de vida, 
memorias de trabajo, buenos tiempos y pesares, 
cada uno con su carga especial; 
y es nuestro común destino 
mostrar las marcas del viaje, 
aquí una proa astillada, allí un cordaje emparchado, 
y cada casco ennegrecido 
por el incesante apaleo de las incansables olas. 

Ojala seamos agradecidos por buenos tiempos y mares apacibles, 
y en tiempos de tormenta tener el coraje 
y la paciencia que caracteriza a todo buen navegante; 
y, sobre todo, ojalá tengamos la alentadora esperanza de gozosos encuentros, 
cuando nuestro barco finalmente tire su ancla en el agua quieta de la eterna bahía."



Todos somos barcos, o al menos hoy así me siento yo. Un barco a la deriva, sin rumbo fijo, dejándome llevar por donde el oleaje y la marea me empujen. O, quizás, un barco varado, atascado en el mismo punto sin avance alguno en su ruta. Eso, si supiese cual es mi ruta...

En algunos puntos de mi ruta de navegación, me dispongo a intercambiar mercancías y valores con navíos que se han ganado el contrato de comercio, que han accedido a comerciar, a intercambiar nuestras valiosas cargas. Las marcas del viaje puede verlas cualquiera, excepto las más profundas, que solo unos pocos navíos, con los que mejores contratos has conseguido, podrán tener el derecho de conocer.

El resto son barcos indiferentes, con los que alguna vez he tenido la ocasión de intercambiar pequeñas mercancías, algunas balas de cañón o simplemente unas miradas de reconocimiento desde nuestros respectivos catalejos.

Yo mismo soy a la vez navío y capitán, navegante de mil leguas en este mar que es la vida. Un mar lleno de tempestades y, entre medias, agradables calas, brillantes puertos y maravillosos arrecifes.

Tú solo eres un navío más, navegando sobre el mar en tu ruta de navegación. Un barco comercial o ,quizás, un barco militar, un barco fluvial, un enorme catamarán, un submarino de espionaje, un bote salvavidas, un barco de pesca, un galeón pirata o quien sabe mejor que tú, navío y capitán, como tu barco será.



Espero que estas palabras, pese a carecer de sentido, no caigan en el hundimiento del olvido y permanezcan flotando cerca de sus barcos, como un mensaje más en otra botella lanzada al mar.

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