jueves, 15 de febrero de 2018

El inexorable.

“Los días pueden ser iguales para un reloj, pero no para un hombre.” -Marcel Proust
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho.” -Lucio Anneo Séneca
“Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos.” -Emile Michel Cioran

Fotografía por Estela Montero Montero.

El tiempo pasa, el tiempo no cesa,
el tiempo corre y a nadie perdona.
El péndulo, tic tac, se balancea.
El tiempo avanza inexorablemente.

El segundero sigue avanzando
y con sesenta se hizo el minuto.
Sesenta de estos habrán pasado
¡y voilá! Otra hora más perdida.

Es asombrosa la facilidad
con la que derrochamos nuestro tiempo
sin percatarnos de la gravedad
de este infructuoso suceso.

Muchas cosas se dicen sobre el tiempo:
que si es más valioso que el oro,
que si el tiempo de hoy vendrá con vientos,
que si no es más que otra dimensión física.

Que si es una magnitud fundamental,
que si no es más que un contenedor,
que si es una construcción social...
¡Basta! Demasiado tiempo ha pasado.

Y demasiado tiempo perdido
pensando sobre el tiempo malgastado.
Para hoy creo que ya he tenido
suficiente reflexión en mucho tiempo.


Ilustrado por Lara Miguelez Salas.

Este momento acaba de pasar
mientras estabas leyendo estas rimas.
Este instante te acabo de robar
por lo que te ruego, me disculpes.

KB69

lunes, 5 de febrero de 2018

Ídolos y admiraciones.

''Yo no tengo ídolos. Tengo admiración por el trabajo, la dedicación y la competencia.'' -Ayrton Senna.
''Me parecería que la Tierra no hubiera sido habitable si no hubiese tenido a quien admirar'' -Simone de Beauvoir.
''No ames a quien no admires. El amor sin admiración solo es amistad'' -George Sand


Siempre encontramos ídolos increíbles.
Ídolos famosos, inalcanzables,
conocidos, lejanos, inaccesibles,
que ni siquiera nos parecen personas.

Admiramos sus dilatadas hazañas,
sus mayúsculos y exorbitantes hitos,
sus logros colosales como montañas
que no nos atrevemos nunca a escalar.

Nunca hemos buscado ídolos más cerca,
a nuestro alrededor, entre las personas
con quienes compartimos nuestras simplezas.
Quienes no nos parecen más que obviedades.

Tan obvios nos parecen siempre sus éxitos
que no les damos ni la ''enhorabuena'',
Tan poca importancia damos a sus méritos
que quedarán a la sombra de los grandes.

Sus obras y actos pasan inadvertidos
ante nuestros ojos mientras los famosos
de turno nos asombran con sus descuidos,
sin querer, solo con verles, con sentirles.

Todos queremos ser como aquella que
cantaba, como esos que salían en la tele,
como ese futbolista de la selección.
Nadie quiere ser como somos nosotros.

KB69